¿Cuántas veces has tenido un día estresante? Ese cúmulo de circunstancias que se alían y te superan en una maratoniana jornada a la que no le ves el final. ¿Y cuántas veces has sufrido justo lo contrario? Andar como un zombie sin que haya café lo suficientemente fuerte como para espabilarte.
Ambos casos tienen una rápida y sencilla solución: ponerte bajo el agua. Sí, sí, su poder reconfortante está al alcance de cualquiera. Un simple gesto capaz de darle la vuelta al día más complicado. ¿Me creerás si te digo que hay más situaciones en las que este remedio casero puede ayudarte (al menos a mí)? ¡Sígueme!
EL REMEDIO CASERO MÁS EFICAZ PARA CASI TODO
¿PARA QUÉ?
El reconfortante poder del agua, ya sea en forma de ducha o baño, te envuelve y te atrapa. Puede relajar tu cuerpo, calmar tu mente y apaciguar tu espíritu. De igual manera puede ayudarte a conciliar el sueño o, todo lo contrario, a despejarte si es lo que necesitas para afrontar un nuevo día.
Esos días en los que estás triste o desanimado… ¿verdad que actúa como el más sanador de los bálsamos? ¿Y cuándo estás desconcentrado? Si estás en casa, ese terrible bloqueo se soluciona aparcando la tarea en cuestión, cambiando el chip y dándote una breve pero placentera ducha.
Después de una sesión de ejercicio, de tareas domésticas o de traslado de muebles… cualquier esfuerzo cuyo resultado te haga sentir bien y satisfecho pero que haya dejado tu cuerpo acalorado y salpicado de sudor.
¿CÓMO?
Ponerlo en práctica es sencillo, pero no se trata de llenar la bañera (¡stop, época de sequía!) ni de duchas interminables (ídem), sino de unos minutos sin pensar en los que aparcas tus preocupaciones, unos minutos sólo para ti. Cierra la puerta, deja a mano el albornoz, recógete el pelo, abre el grifo y olvídate del mundo. Es una buena terapia para centrar tus pensamientos y ponerlos en orden.
¿Mi truco para no excederme? Seleccionar una canción en el móvil que no supere los cuatro minutos y dejarlo en un lugar, lo suficientemente alejado de la ducha, para obligarme a salir cuando la canción haya terminado.
Resumiendo, para beneficiarte de este remedio casero sólo necesitas unos minutos de tranquilidad, una luz apropiada y una canción de menos de cuatro minutos que te inspire. ¿Quieres añadirle unos extras? Un gel con un agradable aroma y tu loción corporal preferida.
Cuando vuelvas a abrir la puerta del baño te sentirás más reconfortado… ¡como nuevo!
*Imagen cabecera: Hem & Chantik
8 comentarios
Muy buena recomendación, el agua tiene un poder increíble en nosotros y la idea de la canción para no excedernos en el tiempo ni el gasto de agua me encanta😊
¡Muchas gracias, Amalia! Me evado tanto en la ducha que tuve que inventarme algo para no perder la noción del tiempo. Un saludo!
Lo voy a intentar Isa. La verdad es que no lleno nunca la bañera porque me da conciencia abrir el tapón y empezar a a escuchar como caen litros y litros de agua. Pero la idea de la ducha de cuatro minutos con música relajante de fondo es muy buena. Ahora me voy a caminar y luego lo pongo en práctica. Con el tema del café que mencionas al principio del post, recomiendo ponerse límites (yo la primera), porque veo que soy demasiado aficionada a esta bebida y cuando me falta me caigo de sueño. No es sueño la definición exacta, sino una sensación de cansancio extrañísima.
Un beso y nos vemos en el próximo post.
Gracias, Laura. Te entiendo perfectamente con el tema del café. No tengo vicios (dejé de fumar hace muuuuchos años) y puedo prescindir prácticamente de todo… ¡menos del café! Confieso que debería tomar menos, la verdad, pero justo en eso es donde noto más que los años no pasan en balde… ¡estoy mucho más cansada! Nunca me costó madrugar pero ahora… Un besazo!
Hola, pues me parece la mejor terapia, a veces es difícil dejar la mente en blanco y no pensar en nada pero tal como creas el ambiente, es más fácil hacerlo. Mil besos preciosa!!
Hola, Elisa: Me alegro que así te haya parecido más fácil… ¡viva los remedios caseros! Un beso!
Pero que buena idea, voy a intentar lo de la canción, me parece una idea magnífica y en época de sequía, como bien dices, es una idea de lo más solidaria. Gracias por compartir, linda!!!
Gracias, María. A ver si entre las nevadas y lo que está lloviendo estos días vamos recuperando. Un beso!